lunes, 26 de octubre de 2009

La mosca Horacio


Fue al poner un pie en la cocina. Después de eso no volví a mis cabales por tres años.

Fue durante ese período que conocí a Horacio.

La mosca iba y yo quería recorrer todo el mundo con el dedo y con él. Cuando finalmente se fue, él ya no se encontraba esperándome donde lo había visto la primera vez. Estaba esperándome afuera del cuarto. Nos juntamos y fuimos a donde van dos hombres y por largas horas no volvimos, nos quedamos hablando de cosas que ninguno de los dos entendía y nos dimos cuenta de que se hacía tarde puesto que era menester que yo llegara para las diez ya que a ese preciso horario me esperaba la mosca. Llegue y no estaba. No estaba y yo extrañaba. Cuando estaba quería que desapareciera pero ahora que no estaba lo más importante en la vida era que volviera, aun si eso significaba perder a Horacio.

Estaba Horacio sentado y yo le dije que se fuera para que volviese. Horacio no quiso y lo maté. Lo mate y no aparecía y después apareció, apareció cuando Horacio estaba muerto. Estaba Horacio tendido en el suelo y la mosca empezó a zumbar.

Al pisar la cocina oí un estruendo y vi a Horacio en el suelo tendido pero no vi a la mosca que estaba escondida detrás de un jarrón. Yo tenía miedo y la mosca zumbaba con Horacio tendido en el suelo. El miedo venia desde adentro hacia fuera.

Tenia mucho miedo. El miedo se remontaba a la mosca que estaba y que había hecho que Horacio se cayera y no se levante. Ahora la mosca zumbaba y se paraba sobre mi cabeza. Ahora pude recorrer el mundo con la mano. La mosca recorría también el mundo con la mano.

1 comentario: